27 sept 2008
Observación de la clase de Yoga para niños del centro Jardín Infantil Santa Rosa en Bayamón
I. Unidad didáctica: Mi cuerpo
• Tema: Conociendo Nuestro Cuerpo
• Contenido: La clase de yoga para niños del centro Jardín Infantil Santa Rosa en Bayamón se ofrece como una clase extracurricular, ofrecida 1 vez a la semana en dicho centro. El propósito de la clase es el que los niños conozcan su cuerpo y los diferentes movimientos corporales que pueden realizar. La meta de estas clases es que a lo largo del semestre los niños desarrollen una imagen positiva de su cuerpo y una condición física adecuada para su edad (infantes/preescolar).
• Dirección y teléfonos del centro: Jardín Infantil Santa Rosa, calle 12, lote 29, #13, Urb. Santa Rosa Bayamón, Zip Code: 006959 Teléfono: 787-314-5577.
• Objetivos motrices: A lo largo de las clases los niños serán capaces de realizar distintas posiciones del yoga, estiramientos y ejercicios aeróbicos de bajo impacto para mejorar su condición física y la orientación y relación del espacio que les rodea.
• Objetivos afectivos: Los niños serán capaces de desarrollar una autoestima positiva.
• Objetivos cognitivos: Los niños serán capaces de desarrollar una mejor concentración, un mejor dominio propio (mejor conducta) y un desarrollo locomotriz óptimo para su edad.
III. Organización del Jardín Infantil Santa Rosa
• Espacio del lugar: En el Jardín Infantil Santa Rosa tienen un salón con aire acondicionado, espacioso, en donde realizan las clases de Yoga para niños.
• Recursos: Entre los recursos que observé se encontraban, colchón o alfombra de ejercicios de yoga, botellas de agua, y los niños tenían ropa de ejercicios, uniforme del centro o su uniforme de educación física. Además, había Música con diferentes sonidos de la naturaleza y de los animales y una aroma con olor a vainilla.
• Formaciones: Entre las formaciones que observé del yoga básico para niños se encontraban una variedad de poses como las siguientes: Ejercicios de respiración, variaciones de saludos al sol, posturas de pie y piso con énfasis en el alineamiento del cuerpo, y ejercicios de relajación y descanso.
• Facilitador: La maestra de yoga fue Wanda Figueroa, quien también ejerce como psicóloga de niños.
IV. Propuestas e intervenciones del facilitador:
• Instrucciones: La maestra puso a los niños alineados en filas donde cada cual tenía espacio suficiente para moverse. Luego realizaron estiramientos/ calentamientos para los brazos, piernas, cuello, y cintura. Luego de eso hicieron movimientos locomotrices como saltar y hacer como si fueras un sapito y galopar. Luego de esto comenzó a explicar las posturas yoga que iban a hacer. La primera fue el saludo al sol en donde los niños se paraban derechitos y alzaban sus brazos, seguido de la postura de árbol, en donde el niño tiene una pierna flexionada hacia dentro y, la otra en el piso y sus dos manos hacia arriba o manos juntas en el pecho y luego hicieron la pose de puente. Continuaron haciendo la pose del triángulo en donde los niños se paran derechos, viran su cintura hacia la izquierda o hacia la derecha y luego con su mano izquierda o derecha tocan la punta del pie, y miran hacia arriba. Una vez repitieron estas poses varias veces, pasaron a los movimientos de relajación y descanso como por ejemplo: cuando los niños se sentaron en sus colchones de yoga y tocaron con sus manos la punta de sus pies y cuando realizaron acostados en su colchón de yoga la pose de bolita. Otro ejemplo fue cuando tomaron aire moviendo sus brazos hacia arriba y lo soltaron moviendo sus brazos hacia abajo.
• Técnica de enseñanza: La técnica que la maestra utilizaba era relacionar los movimientos o posturas yoga con nombres de animales, plantas y naturaleza para que los niños tuvieran una mejor idea de cómo iba a ser el movimiento. La calidad de sus estímulos fue buena porque por ejemplo: ella decía “Vamos a convertirnos en sapitos y para eso tenemos que saltar”,” ¡A saltar!”, entonces los niños y niñas se motivaban más con sus estímulos. Su cantidad de estímulos fue buena porque dio los necesarios para realizar de forma divertida el yoga para niños. También la música con sonidos de animales fue muy divertida.
Intervención del alumno:
• Participación: Todos los alumnos tuvieron una participación activa, ya que, todos tuvieron la oportunidad de realizar las diferentes variaciones de posturas, ejercicios aeróbicos de bajo impacto, ejercicios de respiración, variaciones de saludos al sol, posturas de pie y piso con énfasis en el alineamiento del cuerpo, y ejercicios de relajación y descanso. Cuando un niño no lo podía hacer, la maestra le daba ayuda extra mientras el resto de los niños seguían realizando las posturas yoga.
• Motivación: Para mantener la motivación de la clase, la maestra tenía una actitud activa y energética. También utilizaba estrategias de control de grupo como utilizar una voz alta y repetir instrucciones. Si el grupo realizaba los movimientos correctamente ella le daba motivación diciéndoles:” ¡Muy bien! , ¡Lo lograron!, ¡Vamos muy bien!, y ¡Lo hicieron perfecto!”
• Actitudes: La mayoría de los niños estuvieron ese día con una actitud positiva siempre había como 1 o 2 alumnos que se distraían y se comportaban mal pero a éstos se les brindó una ayudita especial. La maestra los llevó a la fila de al frente y les dijo que ellos iban a ser sus “ayudantes especiales” y que iban a corregir junto a ella al resto del grupo. Esto calmó a los niños y los hizo obtener una actitud más positiva que su actitud inicial.
• Exploración: Los niños tuvieron la oportunidad de explorar los movimientos de estiramiento para brazos, piernas, cuello, y cintura, movimientos locomotrices como saltar, galopar, levantar rodillas, brazos y dar patadas hacia el frente moviendo el brazo opuesto (aeróbicos bajo impacto) y movimientos de relajación como lo fueron las diferentes posturas como la postura de saludo al sol, postura de guerrero entre otras que se encuentran en el yoga para niños.
V. Evaluación general de la actividad:
Pienso que la integración del movimiento corporal en la clase fue muy buena y efectiva, puesto que, los niños exploraron los diferentes movimientos de su cuerpo y las diferentes disciplinas que los llevan a obtener un acondicionamiento físico adecuado para su edad. Pienso que estas clases son necesarias pues los niños se benefician aprendiendo a combatir la tensión, el estrés, y la depresión. Hallan mediante este ejercicio un mayor bienestar, flexibilidad en su cuerpo, y se sienten más lucidos y despiertos. Los niños armonizan el cuerpo con la mente y espíritu, a través de las asanas (que significa postura). La práctica del yoga, conduce a una vida más larga y sana. Otro de los beneficios para los niños que alivia todas las dolencias, ayuda a levantarse mejor en la mañana, disminuir la tensión del mediodía, y relajar el sueño durante la noche. Entre las sensaciones asociadas al yoga, se encuentran: la paz mental, la relajación, la energía, y la facilidad de movimiento corporal. Su práctica, mejora la digestión, la respiración, la concentración, y todo el sistema cardiovascular. Mejora perceptiblemente la calidad de vida: el estrés, miedo, hiperactividad, falta de concentración, ansiedad, agresividad, entre otros comportamientos afrontados por los menores del siglo XXI, los cuales despiertan la preocupación de los padres, quienes buscan innumerables soluciones en pro de garantizarles a sus hijos una adolescencia bien llevada y sin excesos.
El yoga, consigue el equilibrio deseado por todos los seres humanos, ya no es una práctica exclusiva de los adultos; ahora los niños hacen parte de esa magia en la que el encuentro con el ser interior permeabiliza al ser exterior. Consiste en una cantidad de posturas del cuerpo, que sirven para estimular y activar músculos, órganos, glándulas y articulaciones, mediante la imitación de posiciones que hacen los animales. De esta forma, el contacto con la naturaleza hace que el yoga se convierta en una actividad donde gracias al juego, y no a la obligación, los pequeños están totalmente presentes, se olvidan de excesos o falencias de su personalidad, y adoptan una actitud equilibrada frente a las diferentes situaciones en las que se puede ver oscurecer su tranquilidad. Los niños son unos yoghis; innatos, por eso, desde el vientre materno, los múltiples movimientos en el líquido lo convierten en un individuo flexible y hábil en la práctica de esta disciplina, razón por la cual desde el nacimiento del bebé y hasta su primer año de vida, la madre puede construir unos movimientos, donde se manipulan sus extremidades y hace que roten las articulaciones, logrando una mezcla de gimnasia yoga, estimulación y masaje. Un menor puede empezar la práctica de esta terapia en forma individual desde los 4 años, edad en la que ya desarrolla dominio de su cuerpo y realiza las posturas sin dificultad. Aunque se han visto casos de niños que a los 2 años, gracias a una cultura familiar alrededor del yoga, lo experimentan con total facilidad. La magia del yoga es que cuando a los niños se les da el espacio para silenciarse y centrarse en ellos mismos en un lugar adecuado, con una música especial y un olor cautivador, el encuentro con el alma se convierte en una experiencia nueva y fortificante, llena de cosas positivas. Por eso, los resultados pueden conseguirse de manera inmediata. Además, hay tratamientos especiales como combatir el miedo, con sólo enseñarle que cuando experimente pánico respire largo y profundo, él ya va a disfrutar de los beneficios de una lección sencilla. Es necesario el compromiso de los padres, quienes nunca deben presionar a los pequeños hacia la práctica del yoga.
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